Extirpación de la porción del estómago que produce la hormona “ghrelina,” también conocida como la hormona del apetito, reduciendo así efectivamente los ataques de hambre.

Es un procedimiento bariátrico mucho menos invasivo y por lo tanto tiene una tasa de morbilidad más baja.

No implica la colocación de un dispositivo ajeno (cuerpo extraño) como en la banda gástrica.

La menor ingesta de alimentos y la falta de apetito conducen a una pérdida de peso gradual y dramática sin pasarse de una cifra cercana a tu peso ideal.

Con la pérdida de peso el paciente presenta mejoría en la apnea obstructiva del sueño, mejora el control de la presión arterial y la diabetes mellitus y las afecciones articulares de columna, cadera y rodilla.